domingo, 5 de agosto de 2018

COMO CONTROLAR LA ANSIEDAD DE COMER

En la actualidad la mayor parte de las personas tanto hombres como mujeres quieren verse y sentirse delgados ya sea por salud, belleza, vanidad o por influencia de los medios de comunicación.
Esto conlleva a que las personas comiencen un sin fin de tratamientos para lograr adelgazar, entre los más comunes están las dietas que por lo general siempre tratan de usar las más estrictas esperando adelgazar en el menor tiempo posible, que por lo general tienen en común desayuno frugal, nada de almuerzo, comida justa y merienda escasa,supone llegara la cena con un hambre voraz (la glucemia o glucosa en sangre está baja) y con la necesidad de comer impulsivamente. Además, por lo general, apetecen alimentos energéticos como el chocolate.

Es en este momento que comienza el círculo vicioso que encierran algunas dietas y la falta de voluntad, que a la larga no es más que la reacción natural de tu cuerpo.

Comida y emociones
El aumento de adrenalina reduce la capacidad para el autocontrol, lo que favorece comportamientos malsanos.

El estrecho vínculo entre la comida y las emociones es evidente. De hecho, la ansiedad tiene ciertas manifestaciones físicas en el organismo que podrían explicar la mayor necesidad de comer.  Con la ansiedad, crecen los niveles de adrenalina. Dicho aumento reduce la capacidad para el autocontrol, lo que hace al individuo más susceptible de seguir comportamientos malsanos como fumar más o comer demasiado. La serotonina, un neurotransmisor cerebral relacionado con el ánimo, participa en el control del apetito.

Los bajos niveles de la misma se relacionan con una mayor ansiedad por comer, sobre todo, dulces.

La ansiedad que les genera el estrés, la monotonía de una vida cotidiana, las frustraciones o hasta la propia gratificación de los logros alcanzados, lleva a muchas personas a comer para así calmar dicha sensación.
El control de las situaciones emocionales que pueden generar ansiedad y que más influyen cuando se ingieren alimentos puede ser una ayuda para discernir si se come con ansiedad, si es la propia ansiedad la que nos lleva a comer o si se sufren las dos sensaciones. 
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Llevado a la práctica, dicho control puede materializarse mediante un registro diario de lo que se come, prestando especial atención al entorno. En este sentido, es muy importante si la persona está sola o acompañada cuando come, cuál es su estado de ánimo (triste, alegre, aburrida) y cuáles son los alimentos más recurridos en momentos de ansiedad o nervios. Nervios bien nutridos. Se deben ingerir alimentos ricos en magnesio, triptófano y vitamina B
Son varios los nutrientes que fortalecen los nervios y calman, en parte, la sensación de nerviosismo que acompaña a la ansiedad. Es por este motivo que conviene revisar con detenimiento la alimentación de cada uno, incluso cuando se plantean dietas hipocalóricas de corta duración. Asimismo, se debe comprobar si se ingieren alimentos ricos en magnesio, triptófano y vitaminas del grupo B, entre ellas la B6, la B1 y la B12.

Por sus propiedades relajantes, el magnesio mantiene a raya el ritmo cardiovascular, por lo que es un buen complemento dietético para calmar la ansiedad. A lo largo del día se consume suficiente magnesio cuando se tiene la costumbre de comer 4 ó 5 nueces o un puñado de frutos secos. Las legumbres, los alimentos integrales y las verduras de hoja como las acelgas o las espinacas, también concentran buena dosis de dicho mineral.
El aminoácido triptófano, componente de las proteínas, se transforma en serotonina mediante complejos ciclos metabólicos, lo que permite mantener sus niveles adecuados en el organismo (los bajos niveles de serotonina se asocian con un bajo estado de ánimo). Reservar las proteínas animales (carnes, pescados o huevos) para la cena garantiza el aporte diario de este aminoácido. Una fruta diaria rica en triptófano, como el plátano o la piña, es también un buen complemento.
La vitamina B6 participa en la síntesis de serotonina a partir del triptófano, así como en la formación de las vainas de mielina de las neuronas, necesaria para que estas células transmitan correctamente los mensajes. Su deficiencia causa nerviosismo y ansiedad. En la época de más nervios, acostumbrarse a tomar copos de avena con germen de trigo y levadura de cerveza durante el desayuno, o añadir estos complementos dietéticos a las ensaladas y zumos, es una manera eficaz de enriquecer la dieta en vitaminas del grupo B.

Más ansiedad en las mujeres. Para evitar que la ansiedad se acentúe y se agrave, resulta más eficiente y sano identificar las causas que la provocan y dejar para después el tratamiento de adelgazamiento.
Cuando es difícil manejar la ansiedad, es necesario no ‘refugiarse’ sólo en la comida y encontrar salidas para canalizarla. Puede servir de ayuda buscar un ejercicio placentero como el yoga, el ‘tai chi’, pasear, correr o nadar. El ejercicio libera endorfinas, hormonas que contrarrestan el efecto orgánico de la ansiedad. También hay plantas que proporcionan al organismo la sensación de relajación esperada. Resulta efectivo, por ejemplo, combinar en una infusión pasiflora y amapola o melisa y lúpulo.



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